El desafío de decorar en pareja
Tomar la decisión de irse a vivir juntos puede resultar un gran reto, más aún cuando existen muchas diferencias en cuanto a los gustos personales de ambos. Mantener un balance entre lo que uno y otro quiere, en materia de diseño y decoración, hará que cada uno se sienta reflejado en su nuevo hogar.
Existen algunos consejos que se pueden tomar para que el proceso se pueda disfrutar, sin dolores de cabeza, y se respete el estilo personal de cada individuo.
Tomar decisiones previamente a la mudanza
Antes de comenzar con el armado del nido de amor es preciso tener en claro las necesidades y las rutinas que cada uno necesita respetar, para que vivir juntos no resulte estresante ni genere roces ni discusiones en la pareja, al no sentirse cómodos. Tener en claro estas cuestiones nos hará conocer cuáles son los muebles adecuados y la distribución que se ajusta mejor al estilo de vida de ambos.
También se deberá definir con anticipación el estilo que se respirará en los ambientes. Es importante que cada uno exponga sus preferencias, y también conocer los “no” de cada uno para saber hasta dónde puede uno ceder. Y de no coincidir, encontrar un estilo que deje conforme a los dos. Si ocurriera el caso de que los gustos son bien distintos se puede optar por un estilo más minimalista, por ejemplo, que con seguridad será del agrado de los dos.
De las diferencias que pudieran surgir es donde aparecen las ideas más ingeniosas y creativas para encontrar la solución y hacer que los ambientes sean una zona de disfrute para todos.
Elegir el color
La elección de los colores es una de las claves para que los ambientes reflejen exactamente lo que se quiere transmitir y, al ser un generador de sensaciones, es fundamental que el proceso no recaiga solo en uno, sino que haya compromiso de ambos para establecer lo que cada ambiente debería inspirar.
La solución más sencilla es optar por colores de tonos neutros, y destinar el impacto del color en accesorios. El blanco es un color que jamás falla, no solo por su luminosidad, sino que se adapta a cualquier estilo por lo que no debería generar conflictos.
Para jugar con colores más llamativos se puede elegir un abanico de 3 o 5 colores que cubran las elecciones de ambos, asegurándose de que se trate de tonos complementarios que se puedan fácilmente fusionar con el resto de la habitación.
Darle una segunda oportunidad a los muebles
Cuando se toma la decisión de ir a vivir juntos habrá muchos muebles y elementos decorativos que querremos llevarnos a nuestro refugio de pareja, y otros que muy probablemente descartaremos.
Sumar un mueble heredado que tenga un valor sentimental ayudará a darle un toque original y muy personal al ambiente. Y si es preciso se puede transformar lavando la madera, o con una nueva capa de pintura para darle una nueva vida al mueble, y que así se ajuste mejor a su nuevo hogar.
Se deben evaluar las piezas con las que cada uno cuenta en su hogar de soltero para saber cuáles son las de calidad, que valen la pena conservar, y las que pueden convivir en armonía dentro del nuevo diseño. Consensuar con la otra parte será obligatorio para que no haya predominio de uno, sino que se debe decorar en conjunto.
Crear una zona personal para cada uno
A pesar de que cada uno haya participado activamente en la creación de los distintos ambientes de la casa, es muy probable que, durante ese proceso, alguno haya tenido que ceder o terminar eligiendo determinado estilo que convenciera a los dos, pero no exactamente con el que se anhelaba componer.
Destinar entonces un lugar para que cada uno cuente con su espacio será una oportunidad para que se arme con el gusto personal de cada uno, en el que el otro no tendrá voz ni voto, o al menos no pesará demasiado en la decisión final.
Por supuesto que, de tratarse de un hogar de dimensiones pequeñas, la idea de que cada quien tenga su propia habitación será difícil, pero se pueden poner de acuerdo entonces en ocupar cada uno un rincón dentro de la casa dónde colocar sus piezas y recuerdos especiales, o dónde desplegar sus hobbies.
No olvidarse del baño ni del vestidor
El baño es uno de los ambientes más íntimos de toda la casa donde, entre otras cosas, uno se puede relajar mientras se da un baño de inmersión o se prepara para salir de la casa. Si el caso fuera que el baño se debe compartir es vital que cada uno cuente con su espacio para contener todos los elementos necesarios, y que se vea organizado para poder relajarse. Existen infinidad de soluciones para ayudarnos a satisfacer nuestras necesidades de almacenamiento y tener cada cosa en su lugar para mantener el orden.
Y en el caso del vestidor, o en su defecto ropero, es un buen recurso que cada uno cuente con un espacio propio, y que no se mezcle la ropa de ambos, para que cada uno lo mantenga organizado de la manera que le funcione. Conservar la separación en este sector permitirá que el espacio esté organizado.