Tomar la decisión de comprar el próximo hogar, el siguiente refugio al que ansiaremos llegar luego de un largo día para descansar y relajarnos, es una de las decisiones más difíciles y estresantes que un individuo debe enfrentar. Porque encontrar un nuevo hogar que sea perfecto no es tarea fácil.

Luego de una búsqueda en línea, acotando el listado según nuestras preferencias, llega el momento de conocer personalmente las viviendas que creemos que tienen potencial, para confirmar si continúan en carrera, o deben ser descartadas al ir decantándonos por otras opciones.

Y es en ese preciso momento, durante la visita, donde debemos ser filosos al evaluar en detalle varios factores que nos harán saber si esa propiedad cubre los requerimientos y necesidades que precisamos para dar el siguiente paso.

Recorrer el barrio

Una de las primeras variables que se deben considerar antes de comprar una casa es la ubicación. Siendo que el barrio puede marcar una diferencia grande es muy importante conocer con anticipación la zona, recorrerla, y así saber si cubre las necesidades de la familia.

Conocer cuál es el transporte público más cercano, cuáles son los comercios, colegios y servicios de la zona, así como también las áreas verdes destinadas para los vecinos, hará que se cuente con las herramientas precisas para garantizar que, más allá de la casa, el barrio ofrece lo necesario para facilitar la vida de los posibles futuros propietarios de ese hogar.

Además, se recomienda visitar el área en distintos horarios y días de la semana, para saber si resulta una zona tranquila a toda hora, o, por ejemplo, muy ruidosa e intransitable durante los fines de semana.

Revisar gas, electricidad y agua

Más allá de que sea una vivienda usada o a estrenar es imprescindible chequear las instalaciones de gas y de electricidad, para asegurarse que funcionen correctamente y conocer el sistema con el que se cuenta, y si son servicios individuales o compartidos. 

De encontrarse en mal estado, o tener que hacer una reparación o cambio, es mejor enterarse antes de mudarse para evitar una complicación y un gasto mayor.

Y es una buena idea también abrir las llaves de los baños, de la cocina, del lavadero y donde más hubiera cuando se visita la propiedad, para verificar la presión del agua y ver si se precisa realizar algún ajuste en ellas.

Controlar posibles humedades y grietas en las paredes

Cuando se recorra la vivienda se debe estar atento a encontrar posibles problemas de humedad y grietas en las paredes.

Es un buen consejo entonces correr cuadros o muebles que puedan estar escondiendo filtraciones o moho, además de controlar zócalos, rincones oscuros, y también los cimientos, para cerciorarnos de que no haya focos de humedad.

Y si existieran grietas o rajaduras en paredes o en el techo es fundamental controlar que no sean daños estructurales que precisarán de arreglos importantes, tanto de obra como económicos. Si sólo se tratara de algo estético, se podrá solucionar entonces con un poco de masilla y pintura.

Conocer las exigencias familiares

Tener claridad sobre este punto es determinante para saber si cumple con los requerimientos necesarios, para que resulte una casa cómoda para quienes vivan allí.

Las comodidades básicas no serán las mismas si entre los integrantes de la familia hay niños pequeños, por ejemplo. Seguramente se precisará que al menos un baño tenga bañadera, en lugar de sólo ducha, y hará falta contar también con un espacio que se pueda usar como playroom, donde guardarán todos sus juguetes.

Si es que se trabaja desde la casa se deberá destinar un sector, lo suficientemente apartado del ajetreo familiar, donde poder desarrollar el home office, entre otros muchos ejemplos que demuestran que las necesidades a cubrir dentro de la rutina diaria de los individuos varían según quienes habiten el hogar.

Y dentro de las condiciones obligatorias que debe tener se debe evaluar también que cuente con espacio para almacenar. Puede parecer un ítem que no tiene un gran peso en la decisión de comprar o no una casa, pero contar con un espacio disponible destinado a guardar hará que la vida sea más simple y ordenada, sin lugar a dudas.

Tener una buena orientación

Que un ambiente sea luminoso es sumamente importante para que el espacio gane visualmente mayor amplitud, y nos proporcione también mayor bienestar y calidez. Y el ingreso de la luz natural tiene un rol esencial en lograr ese objetivo.

Así es como la orientación es uno de los parámetros que se tienen en cuenta para el ingreso de la luz y el calor provenientes del exterior, ya que si se cuenta con una buena orientación y la luz y el calor estuvieran presentes en el ambiente, harán que el espacio se luzca más. La orientación norte es la ideal ya que recibe el sol desde la mañana, aprovechando mejor la trayectoria del sol.

También es muy útil verificar los lotes vecinos, ya que si hubiera alguno aún sin construir es posible que, en un futuro, el nuevo inmueble afecte el ingreso de los rayos de sol a nuestro terreno.