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Si sos amante de la lectura, y tu opinión es que no hay como el papel para poder ir pasando las hojas a medida que se avanza en la historia, o para disfrutar de aquellas fotografías e ilustraciones únicas, seguramente tendrás en tu poder una colección generosa de libros, buscando un lugar acertado dentro de tu hogar.

En los siguientes párrafos comprobarás que los libros no fueron destinados únicamente a introducirte en mundos paralelos e historias fascinantes, o solo para acercarte las obras de grandes artistas y profesionales de distintos rubros, sino que pueden cumplir a la perfección con la tarea de decorar un ambiente.

Lograr una coherencia cromática

Una de las posibles opciones para exhibir los libros, especialmente para quienes son fanáticos del orden y el equilibrio visual, es ordenar los libros por colores en una estantería o biblioteca. De esta manera se genera un conjunto con un resultado armónico en el que, al realizar una combinación de colores, que van de claros a oscuros, nos asegura una atmósfera más relajante. 

Aunque no es lo recomendable, las estanterías y bibliotecas generalmente se encuentran llenas de elementos diversos, y con esta técnica, a pesar de encontrarse con poco o nada de espacio libre, se generará la ilusión óptica de verla más ligera, sin tanto peso visual, gracias al orden creado. Además, es una herramienta para encontrar más fácilmente el libro que se desee, recortando los tiempos de búsqueda.

El tamaño sí importa

El tamaño que tengan los libros es clave para elegir su ubicación dentro de la casa, ya que los más grandes pueden ser firmes candidatos para colocar en una mesa de centro en el living. No solo funcionan como elemento decorativo, sobre todo si cuentan con una encuadernación interesante, sino que pueden resultar una distracción para las visitas, al tomar el libro y navegar en su contenido.

Debido a sus dimensiones, puede ocurrir también que no puedan ubicarse de manera vertical en la estantería o biblioteca, aunque en ese caso es una buena idea apilar tres o cuatro de ellos, de más grande a más pequeño, con los títulos mirando hacia afuera. Y para completar el cuadro decorativo es un buen recurso poner una vela, una caja de fibra natural, un jarrón o algún otro complemento encima que genere un mayor atractivo visual.   

Un libro es igual a tu carta de presentación

Integrar libros a la decoración de un ambiente donde generalmente se reciben visitas es una forma sencilla de dejar expuestos nuestros gustos e intereses personales. Las distintas temáticas de nuestros libros favoritos dirán, y mucho, sobre lo que nos despierta emociones, y los diseños de las tapas confirmarán cuál es el estilo decorativo de nuestro agrado.

Además, como mencionamos en el punto anterior, los libros son una gran oportunidad para entretener a los invitados, si es que se tratan de libros ilustrados, así como los de texto resultan un enorme pasatiempo para uno mientras nos sumergimos en su lectura.

Utilizar como mesa de apoyo

Esta es una alternativa algo controversial por lo difícil que puede resultar su limpieza, pero hay quienes encuentran en esta propuesta una manera eficaz de encontrar dónde ubicar a los libros, especialmente cuando se carece de espacio de almacenamiento.

Si se dispone de una buena cantidad de libros se puede crear una hilera hasta la altura que se desee, ya sea para utilizarse como mesa de luz al lado de la cama, o como mesa auxiliar pegada al sillón. Y para no dañar la tapa del primer libro, al apoyar distintos elementos, se puede optar por colocar una bandeja decorativa encima de la pila y así evitar apoyar directamente en el libro.

Cualquiera sea su función, es clave no olvidar que los colores de las tapas de los libros elegidos para formar parte de ese ambiente deben guardar una coherencia con la gama cromática del resto del interiorismo, como sería el caso de los textiles. Con esto se obtiene como resultado un ambiente unificado y armónico, donde la ropa de cama o las fundas del sillón y almohadones, dependiendo el ambiente, hablarán el mismo idioma que los libros.

Vistiendo las paredes

Hay libros cuya portada es una verdadera obra de arte, sobre todo aquellos que se centran en temas como el arte, fotografía y arquitectura, con una estética muy elaborada y con una gran belleza y singularidad. 

Si se cuenta entonces con ese tipo de libros, una buena decisión es crear un wall art con ellos, reemplazando a los cuadros por libros, los cuales estarán sostenidos por una estrecha varilla de madera o metal. Así es como se logrará vestir a una de las paredes de la casa asegurando un punto focal muy llamativo en el área. 

Esta posibilidad es muy utilizada en las habitaciones de los más pequeños, ya que por un lado se decora con las alegres ilustraciones de las distintas portadas, a la vez que se dejan a los libros más al alcance para que llamen la atención del menor y le fomenten el hábito de la lectura.

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