
Nueva vida a una casa de playa

Aunque nos encontramos aún lejos del calor del verano, la alternativa de anticiparnos y realizar con tiempo las reformas que nuestra vivienda de playa requiere es muy buena idea.
De esta manera, cuando llegue el momento de sacarle el máximo provecho a la casa, ésta se encontrará en las mejores condiciones para garantizar unos días de descanso y tranquilidad, evitando cualquier contratiempo.
Evaluar daños por condición ambiental
Es importante considerar que en una casa de playa existen factores vinculados estrictamente a las condiciones ambientales, que pueden resultar muy dañinos para la estructura de la vivienda.
La brisa marina, tan característica de la zona costera, arrastra la arena y la sal que provocan un efecto de corrosión y oxidación en los elementos metálicos como ventanas, bisagras y cerraduras. Además, los materiales estructurales como la madera, los ladrillos, e incluso las tejas, pueden padecer también las consecuencias de la brisa, junto a la humedad de la zona.
Para contrarrestar entonces los efectos nocivos que el ambiente pudiera estimular es fundamental elegir los materiales de construcción adecuados, y proteger con alguna pintura protectora, o barniz, los elementos que así lo precisen.
Reemplazar elementos en mal estado
Como en toda reforma, es necesario evaluar el estado en el que se encuentran los elementos que nos prestarán distintos servicios para evitar cualquier futuro dolor de cabeza.
Se deberá realizar un estudio del estado de las instalaciones eléctricas para verificar si el cableado, enchufes e interruptores, deben ser cambiados; controlar las cañerías y las tomas de agua ya que, si el material con el que fueron hechas es el metal, las condiciones ambientales que antes se mencionan podrían haberlas deteriorado.
Los marcos de las puertas y ventanas, realizados en madera, tienden a estropearse a una gran velocidad debido a los factores a los que están expuestos constantemente. Es un excelente plan entonces decidir cambiarlos por unos marcos de aluminio de gran resistencia. Y en el caso de las ventanas, reforzarlas con un doble vidrio para que puedan lograr un mayor aislamiento térmico.
Colores predominantes
Una vez ya controlada la parte estructural de la vivienda, y de sus servicios, es momento de ocuparse del diseño interior de la misma.
Una de las soluciones más eficaces para generar un cambio dramático en un ambiente, y de manera inmediata, es utilizar la pintura como recurso. Para atraer ese toque de frescura y paz que nos transmite la playa al interior de nuestro hogar, se aconseja elegir una paleta de colores neutros, y contrastarla luego con tonos de la gama del color azul.
El blanco será el color más recomendable, al contar también con la cualidad de generar una mayor sensación de luminosidad y amplitud del espacio. Las notas de azul, que recuerdan al mar, se repartirán en elementos decorativos que generen un interés visual en el ambiente.
Reinventar los muebles
En una casa de veraneo es lógico pretender aprovechar algunos de los muebles con los que ya se cuenta, y darles una nueva oportunidad para lucirse. Resulta una buena idea utilizar un mueble viejo o heredado para brindarle una nueva función en su nuevo hogar.
Tal vez con una lavada de cara, ya sea de pintura o lavando la madera, recuperará su aspecto anterior, o se renovará por completo, adquiriendo el aspecto de un mueble completamente distinto.
Pero esta casa de playa no debe ser considerada el sitio a donde irán a parar todos aquellos muebles que simplemente ya no queremos o no nos gustan. Es importante conservar un criterio de diseño y solo elegir los muebles que resultan útiles y funcionales para los días que se transcurren allí. Es mejor no abarrotar los ambientes de mobiliario ya que, al ser un hogar al que acudiremos de vez en cuando, seguramente irán acumulando polvo y cantidades de arena que harán que la tarea de limpieza resulte más engorrosa.
Apostar por materiales naturales
Incorporar elementos realizados con materiales extraídos de la naturaleza, como la madera en su acabado más claro, o de fibras naturales, es un gran acierto para una vivienda que se encuentra cercana a la playa. Una lámpara de mimbre, una alfombra de seagrass y una estantería o sillón de ratán serán el complemento perfecto para completar el diseño de una casa de playa.
Sumar decoración marina, como caracoles encontrados en la playa, o barcos o faroles en miniatura, tallados en madera, recordarán la sensación de encontrarnos en una zona vacacional. Igualmente, es aconsejable no abusar con este recurso de objetos náuticos para que no se sienta excesivo dentro del ambiente.
Explotar a la luz natural
Aprovechar la luz natural al máximo es una de las premisas que se deben siempre asegurar al diseñar cualquier ambiente de una vivienda, y la casa de playa no es la excepción.
Para ello es recomendable hacer que los ventanales se encuentren libres de mobiliario de grandes dimensiones que podrían estar bloqueando a los rayos de sol, además de la vista panorámica que la casa costera pudiera tener.
También será conveniente colocar cortinas vaporosas y livianas, como la gasa de algodón, la cual no restringirá que los rincones del ambiente se bañen con la luz proveniente del exterior, logrando un ambiente bien iluminado, que se sentirá fresco y alegre.