Realizar una reforma integral en tu casa es una de las experiencias más estresantes que se pudieran mencionar, al menos para la gran mayoría. Es una situación difícil para prácticamente cualquiera que deba enfrentarla, por mucho que se intente disfrutar. Hay que pensar en el resultado final y enfocarnos en cómo gozaremos de los beneficios una vez terminada. Para intentar llevarlo de la mejor manera posible, y reconociendo la búsqueda de la comodidad como objetivo, es que a continuación vamos a detallar los errores más frecuentes cuando nos disponemos a realizar cambios en nuestro hogar.

  1. No ceñirse a un presupuesto

Antes de comenzar con la reforma es indispensable contar con un presupuesto al que deberemos intentar ceñirnos en todo momento. 

Este punto es muy importante por lo que previamente deberemos analizar cada futuro gasto que deberemos afrontar y sacar cuentas, inclusive de los más pequeños gastos. De lo contrario, si estos últimos se van sumando sin haberlos considerado, por pequeños que sean, harán que nuestro presupuesto inicial vaya en aumento considerablemente. 

  1. No destinar parte del presupuesto a imprevistos

Aunque nadie desea encontrarse con imprevistos, lamentablemente cuando se comienza con una reforma integral casi con seguridad aparecen inconvenientes que no fueron tenidos en cuenta en el presupuesto inicial. 

Es preferible entonces que se tenga un poco más ahorrado para evitar tener que recortar parte del proyecto o necesitar aumentar la suma inicial del presupuesto. Como regla general se recomienda sumar entre un 10 y un 20% al presupuesto para tener este plan de contingencia.

  1. No contar con buenos profesionales

Teniendo ya los gastos detallados podremos pedir presupuesto a diferentes profesionales para elegir el que más se adapte a nuestras especificaciones. 

No debemos olvidar que ellos son los que guiarán la reforma por lo que contar con un buen equipo de profesionales es fundamental para llegar al resultado final que ansiamos. No debemos entonces solo guiarnos por el precio y elegir en base a eso, sino que la experiencia y conocimientos son los que marcarán la diferencia para que nuestra reforma llegue a buen puerto.

Incluso serán los que nos confirmen si nuestro anhelo de reforma es posible de realizar, según los detalles de construcción que tiene nuestra vivienda.

  1. No pensar en la funcionalidad

Es muy común que la reforma se realice en base a la estética que queremos lograr sin tener en consideración si es o no funcional para nuestro estilo de vida y de quienes habitan la casa. Pensar cómo va a influir la disposición y los acabados para no terminar cayendo en una elección meramente por su belleza, pero que al final de cuentas resultará poco práctico para nuestra rutina diaria. No debemos olvidar que la reforma debe otorgarnos comodidad ante todo.

  1. No elegir buenos materiales

Contar con materiales de calidad por supuesto que abultará nuestro presupuesto, pero debemos pensar que nos estamos ahorrando futuros dolores de cabeza, ya que colocar buenos materiales de base hará que éstos perduren con el tiempo.

En este punto es aconsejable que seamos nosotros los que nos involucremos en la selección de materiales porque quién mejor que nosotros para cuidar de nuestro bolsillo, sin perder de vista la calidad en la elección?

  1. No avisar a tus vecinos de la obra

Toda obra implica un momento poco agradable no solo para los dueños de casa sino también para sus vecinos que deberán acostumbrarse por un tiempo al ruido, al polvo y a un mayor movimiento de gente en el barrio. Es importante entonces, antes de comenzar la obra, avisarles de la reforma para que cualquier molestia que ocasionara sea tomada de la mejor manera.

  1. No conservar los documentos

Es un error bastante común no quedarse con la documentación relacionada con la reforma, como los recibos de las compras de materiales o de los servicios de renovación, pero resulta que son los únicos comprobantes que se pueden presentar si lamentablemente surgieran inconvenientes durante la reforma y se debe realizar un reclamo.

  1. No controlar la reforma

Es conveniente no delegar completamente la tarea de la obra a la empresa elegida para tal función ya que, aunque uno no entienda mucho sobre reformas, de seguro sabe qué es lo que espera como resultado de la misma. De esa manera, con nuestro acompañamiento, podremos asegurarnos de que todo fluya hacia lo que queremos lograr.

E incluso podría ocurrir que en una de nuestras visitas veamos algo que si bien estaba planteado de esa manera inicialmente hoy no nos convence y al encontrarnos en pleno trabajo no sea tarde para modificar.

  1. No tener paciencia

En prácticamente todas las reformas, debido a retrasos en entregas de material o demás imprevistos que aparecen de la nada, los tiempos estipulados para la finalización de la reforma se van alargando. Es importante entender que la fecha de entrega acordada se debe tomar como orientativa y que apurar los tiempos de obra pueden provocar trabajos mal concluidos que seguramente el día de mañana necesitarán de nuevos arreglos. Hay que desarrollar entonces la paciencia para que el resultado final sea una reforma con terminaciones perfectas y de excelente calidad.

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